martes, 28 de noviembre de 2006

Onda Retro: los (+) y los (-)

Lo bueno vuelve. Ése era el slogan de una recordada publicidad de La Mamma, que tenía un temón de REM. Pero, ¿sólo lo bueno vuelve? Está bien preguntárselo, porque la invasión retro a la que asistimos en este tiempo, aun cuando muchos no se dieron cuenta, está bastante cerca del límite de la saturación.
No hace falta que te quedes viendo Volver hasta las 3AM (no siempre está "Coca" Sarli). Si te fijás bien, hay gente como mi amigo Pablo Baños (pasó por varias etapas como Zelig, el "hombre camaleón" que creó el genio de Woody Allen) que se pasea con esos pantalones oxford o que visita tiendas de cosas ochentosas para comprar algún souvenir de un tiempo que ya pasó. Sergio Zuliani y el Dany Santos se dieron cuenta cómo venía la onda y pusieron al aire 70/80, en Teleocho. Y la verdad que el programa está muy bueno.
También leí una nota de Natalia Riva (¿algo que ver con Giovanna?), en Córdoba.net, que incursiona bien en lo marketinero del asunto. "El regreso de las zapatillas Flecha –bajo el ala de Kosiuko–; la reaparición de la famosa John L. Cook y la juvenil Hendy; el relanzamiento de una edición limitada del modelo de zapatillas Topper 75 –que usaba Guillermo Vilas-; la extensa línea de artículos retro de Adidas... Son todos productos incorporados en la memoria colectiva de las personas y que volvieron aggiornados al gusto de hoy", dice el artículo.
Esta tendencia también se traduce en el rubro decoración, donde el llamado "arte pop" esta terminando por desplazar a los óleos o pinturas clásicas.
Lo loco es que siempre hice apología de los '80. Y eso que, a mis 31 años y sacando cuentas, la década que más disfruté fue, por lejos, la del '90. Pero los '80 tuvieron algo que llamo personalidad. Asumiendo el riesgo de que me tomen por Enrique el antiguo (delicioso personaje de Francella), todavía me mato con Soda Stereo, Virus, Git, Los Abuelos y Los Encargados. Y hace pocos días me pasaron un recital en DVD, que se llama Monserrat y que reunió en el mismo escenario a Clapton, Sting, Elton John, Phil Collins, McCartney y al cantante de Dire Straits. Una locura...
Querer guardarse un cachito de música inmortal está bueno, pero comprarse un Ludo Matic... ¿está bueno?
Lo tiro como para que larguemos con algo. Personalmente, creo que el mercado ya se apoderó de lo que nació como una tendencia genuina. En otras palabras: lo que pintaba como original se está convirtiendo en cheto (por usar una palabra a tono), al punto que vi un jean Motor Oil que me gustó, pero de bronca no me lo compré. No me resultó irresistible. Quizá si fuera mina no hubiera resistido a un milagroso Efesis (milagroso porque era capaz de dibujar curvas deseables en los culos más chatos que se puedan imaginar), pero no es el caso.