viernes, 3 de agosto de 2007

Música Basura

Entre los innumerables archivos mp3 que guardo, hay una carpeta titulada "música basura", donde residen aquellos temas que, siendo verdaderos mamarrachos, aún generan aquello de "uhh, ¿te acordás?" cada vez que se los escucha. Y, gracias al aporte de You Tube, acá les dejo algunas muestras gratis, así que a prender los parlantitos (y armate de algo de paciencia si tu conexión no es muy rápida).

Un rapido repaso no puede dejar de incluir a Vilma Palma e Vampiros, la banda que tenía como hit principal a La Pachanga ("pasame más tinto, se vino la pachanga... dale pelado, no pares nunca más..."), aunque no felices con hacer un tema taaan pegajoso hicieron varios más, como éste:


En los 90', Nek ponía una cara de amargado bárbaro al recordar que Laura no está, Laura se fue... y se escapó de su vida. Pero claro, un tipo tan fachero se permitió una "tregua" para seguir tranzando...


México es un país generoso, tanto como para darle cartel a Gloria Trevi, que antes de ser corruptora de menores no ocultaba sus serios problemas y pedía ayuda a su Doctor Psiquiatra.


Dicen que una de las novelas más vistas de la historia fue Los ricos también lloran, con la actuación estelar de la gran Verónica Castro. Por aquellos años, a la mamá de Cristian también se le daba por cantar (bah... intentaba) y le salía más o menos así:


Argentina es la tierra de Pablito Ruiz, a quien de chiquito se le notaba que iba a tener que hacer mucho por aparentar ser heterosexual. La canción Ella me ha besado lo ayudó bien poco...


Los gallegos son grandes de verdad. Cobijaron a Los Inhumanos (aquellos que cantaban "Manuel, no se arrime a la pared..."),Los Toreros Muertos (los de "yo tenía una cabra que se llamaba Asunción..."), Amistades Peligrosas ("me quedaré solo"), Los Manolos ("Bamboleiro"), Locomía (¿hace falta que los recuerde?), Pabellón Psiquiátrico ("le metí una mano, le metí una pierna...") y a Zapato Veloz, los autores del célebre Tractor amarillo.


Para el final, una joyita. ¿Alguien se acordaba de Cetu Javu? Viendo el videito se acuerdan seguro.


¡Qué los disfruten! Sé que estoy dejando afuera un montón, pero, si me ayudan con sus comentarios, podemos hacer el ranking de la música basura y así contribuir con una causa internacional, cuyo lema sea: Nunca más.

viernes, 20 de julio de 2007

Me verás volver

Dicen los cinéfilos que las segundas partes nunca fueron buenas. Pero, más allá de lo que digan, ya está: ya tengo mi entrada para ver a Soda en River, el 4 de noviembre. Me gusta su música y, para que negarlo, hay muchas emociones detrás de cada tema. Es que difícilmente exista otra banda que vuelva a marcarme a fuego, a mí como a tantos otros. Pero desde el vamos se ve que esta reunión de Soda Stereo, 10 años después del último concierto, no es un arranque de nostalgia ni una locura del momento, sino que detrás hay algo así como seis millones de razones –todas ellas dólares americanos– que la justifican.
El diseño de esta gira, que se inicia el 19 de octubre y comprenderá shows en Argentina, Chile, Perú, Venezuela, Panamá, Estados Unidos, México, Ecuador y Colombia, no incluye disco en vivo, pero el sello SonyBMG ya anunció la aparición, en las próximas horas, de un Grandes Exitos de 18 temas remasterizados en Estados Unidos. El tracklisting del disco Me verás volver (Hits & +) y la tapa pueden verse aquí.
Dicen que los ensayos recién arrancarán a fines de agosto y que se acotarán lo máximo posible en el tiempo para evitar las fricciones que todavía existen entre Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti.
La historia de los tres era bien distinta. Después de dos discos que no lograron cautivar al público, Cerati lanzó el consagratorio Ahí vamos, volviendo a los estribillos expansivos de los tiempos de Soda. Zeta volvió al escenario no hace mucho, colgándose el bajo de Catupecu Machu. Y Alberti, después de casi una década de cyber empresario, formó la banda Mole y grabó un disco.
¿Por qué ahora el regreso? Confluyeron varios motivos. A la seriedad de la oferta económica, hay que sumarle la recomposición de la relación entre los tres (aunque está claro que no hay amistad) y el posicionamiento artístico de cada uno. Se dice que, recién después de de meter 250 mil personas en un recital, Cerati pudo pensar en el regreso de Soda. Y es obvio: no quería que se tomara a Soda Stereo como manotazo de ahogado.
En fin… se ve que, con tantas idas y vueltas, seis millones de dólares pueden servir para tomarse la vida con un poco de Soda, ¿no? Y, aunque parezca inocente, me pregunto si otras bandas menos “comerciales” hubieran aprovechado la oportunidad como estos muchachos. ¿Se imaginan el regreso de Los Redonditos de Ricota?
Podés dejar tus sensaciones en este blog. Veremos que pasa después, cuando pase el temblor.

miércoles, 30 de mayo de 2007

¿Billetera mata galán?

Desvariar acerca de la relación que existe entre las mujeres y el dinero puede parecer tiempo tirado a la basura. Sin embargo, hay un par de cosillas que pueden propiciar un debate interesante.
El filósofo mediático contemporáneo Jacobo Winograd acuñó el término “billetera mata galán” para explicar que el dinero de un hombre puede vencer a cualquier otro atributo o virtud varonil. En realidad, el concepto debe ser más viejo que Jacobo (quien fuera apodado “Chizito” por la bizarra Silvia Suller) y que el propio Alberto Olmedo, un prócer del humor que supo utilizar la misma expresión.
Sin pretender generalizar ni mucho menos, está claro que la seducción que ejerce el dinero alcanza a hombres y a mujeres por igual. Así que nadie debe pensar que Lemongrass está tildando de “interesadas” a las damas. Simplemente, creo que, en su patrón de razonamiento, el dinero y el poder que éste conlleva son el camino más corto a un enamoramiento tan genuino como cualquier otro.
Estoy convencido de que ellas están culturalmente programadas para creer que los más adinerados son, a la vez, los más inteligentes, los más interesantes y, por ende, los más capaces de proporcionarles el estilo de vida que anhelan (en forma conciente o reprimida).
“No me quiero deprimir”, dicen algunas para justificar su proceder. “La pobreza me entristece, me hace mal”, afirman otras con menos estómago.
Ser campeón de salto con garrocha, haber sido finalista de Feliz Domingo y jugar como los dioses al Scrabel no suma puntos con las mujeres. Ni siquiera haber leído las obras completas de Sócrates (talentoso mediocampista que tuvo la selección de Brasil). ¿Tener la pinta de Cheyenne y andar en un Fiat 600? Puede ser, pero les puedo asegurar que el Cheyenne original siempre tendrá más levante, por la fama y el dinero, aunque cante como un perro.
Después del poder económico entran a jugar la facha, la simpatía, la inteligencia y el tamaño del miembro (en el orden que usted quiera). Claro que, si además de plata se tiene alguna de estas virtudes, el resultado es un ganador nato, alimentador de mitos como Julio Iglesias, que dice haber estado con más de mil mujeres. Días atrás, cenando en un hotel de Villa María, Julio cautivó a mi amiga Vero y, como si fuera poco, también enamoró a su novio Fran.
En fin... Volviendo al tema, es como en el juego: piedra mata tijera, tijera mata papel, papel mata piedra... y billetera mata galán, no tengo dudas. Como siempre, se aceptan comentarios (prometo que no habrá censura).

miércoles, 16 de mayo de 2007

Alguien te está mirando (por TV)

Lo pensé durante varios días, pero no: definitivamente no me siento preparado para participar de un reality show, aunque me asumo como uno de los millones de “grasas” —según los críticos de TV— que siguió de cerca las alternativas de Gran Hermano.
Quiérase o no, la tentación de vivir vidas ajenas (o al menos de espiarlas), que hasta hace un tiempo tenía a las novelas cómo máximo referente, viene a satisfacer esa necesidad de morbo, tan absurda y tan humana como la contradicción. Quizá eso explique, en parte, el rotundo éxito de un reality cuya ganadora (la tucumana Marianela Mirra, le ganó en la final al cordobés más bobo de la historia) superó el millón y medio de votos y batió todos los récords de participación de una audiencia televisiva.
Pero el voyeurista no se conforma con espiar la supuestamente espontánea vida cotidiana de un grupo de jóvenes sedientos de un poco de atención. Por eso existe Cuestión de Peso, programa en el que Cormillot y compañía combaten a capa y espada el mal de la obesidad, no sin antes exponer a los participantes sobre una balanza que los puede condenar a una depresión de la que nadie se ocupará.
El rédito económico del sufrimiento en vivo debe ser enorme, al punto que he pensado seriamente en proponerle a la gente de Hair Recovery que televise en directo mi transplante capilar pelo por pelo. Le vendría muy bien a mi cuero cabelludo y, estoy seguro, también a mis bolsillos.
Nada debería sorprendernos porque, al fin de cuentas, la vida misma a veces nos invita a sonreir o a llorar para las cámaras. Y todos, de alguna manera, aceptamos el juego cambiando de careta según la ocasión, haciendo lo posible por no estar “nominado”, por no ser excluido, por no fracasar en vivo y en directo, a la vista del resto del mundo.
La idea es que sólo dos llegan al final, luego de una ardua competencia en la que gana el más cínico, el que pueda convencer al resto de su amistad para luego aprovecharse de su apoyo y aplastarlos para seguir adelante. ¿Acaso no es exactamente esto lo que sucede en la vida? ¿No será ésa la realidad que representan los reality shows? O, dicho al revés: ¿No será que la atmósfera es el techo de un gigantesco pabellón vigilado por miles de cámaras, como el que cobijó al personaje encarnado por Jim Carrey en The Truman Show (muy recomendable película)?
Amantes de la filosofía barata, los invito al confesionario.

martes, 20 de febrero de 2007

¿Qué sería de mí...?

Días atrás, la charla por MSN con mi amiga Giovanna derivó en un tema fascinante o abominable, según con qué ojo se lo mire. La cuestión es: ¿Qué sería de cada uno de nosotros si, en los momentos de decisión, hubiéramos optado de otra manera?
En realidad, la pregunta no debería plantearse en tiempos pretéritos, ya que seguimos tomando decisiones todo el tiempo, decisiones que condicionan nuestra vida. A cada rato elegimos tomar un camino y, al mismo tiempo, dejamos quién sabe cuántos sin transitar.
La propia Giovi hizo un aporte picante citando a Milan Kundera, el autor de La insoportable levedad del ser. Allí, Kundera sostiene que nuestros actos ni siquiera alcanzan a ser el borrador de nuestra propia vida, ya que el borrador es algo que después se formaliza en una obra final, pero nuestra vida no. Es decir: el Deja Vu es sólo un espejismo; nuestra vida es una y única y nuestras acciones, por lo tanto, no pueden repetirse en el tiempo, por lo que el hombre nunca puede saber si lo que elige está bien o mal, ya que no tiene forma de corroborarlo.
A veces daríamos cualquier cosa por saberlo, por ver una película que nos muestre cómo hubiera sido todo en el caso de haber optado distinto. No se puede y, quizá por eso, convivimos con el error a cada momento y lo justificamos infinitas veces. Al fin y al cabo, “errar es humano”. Imagínense que, si supiéramos de antemano cómo proceder correctamente, al fallar (porque lo seguiríamos haciendo, aunque deliberadamente) la culpa sería absoluta y el perdón injustificable.
Por otra parte, pensar que uno siempre equivoca el camino es tan errado como creer que todo tiempo pasado fue mejor. Igualmente, suponer que siempre acertamos es el acto de mayor pedantería que puede tener un ser humano. Incluyo en esa categoría a quienes creen distinguir con absoluta certeza, por conciencia o simple impulso, entre lo malo y lo bueno, lo conveniente y lo inconveniente, lo santo y lo diabólico, lo verdadero y lo apócrifo.
Tremendo dilema éste al que nos expone la libertad y que viene a echar por tierra a la superstición. Si mi propio destino ya estuviera escrito por la astrología y los signos del zodíaco, estaría condenado a tener la trascendencia de Dalmacio Vélez Sársfield, Yoko Ono (foto), John Travolta, Mariano Mores o Enzo Ferrari, celebridades que también nacieron un 18 de febrero (de paso, gracias a los que se acordaron de mi cumple).
Las opiniones, como siempre, serán bienvenidas.