miércoles, 16 de mayo de 2007

Alguien te está mirando (por TV)

Lo pensé durante varios días, pero no: definitivamente no me siento preparado para participar de un reality show, aunque me asumo como uno de los millones de “grasas” —según los críticos de TV— que siguió de cerca las alternativas de Gran Hermano.
Quiérase o no, la tentación de vivir vidas ajenas (o al menos de espiarlas), que hasta hace un tiempo tenía a las novelas cómo máximo referente, viene a satisfacer esa necesidad de morbo, tan absurda y tan humana como la contradicción. Quizá eso explique, en parte, el rotundo éxito de un reality cuya ganadora (la tucumana Marianela Mirra, le ganó en la final al cordobés más bobo de la historia) superó el millón y medio de votos y batió todos los récords de participación de una audiencia televisiva.
Pero el voyeurista no se conforma con espiar la supuestamente espontánea vida cotidiana de un grupo de jóvenes sedientos de un poco de atención. Por eso existe Cuestión de Peso, programa en el que Cormillot y compañía combaten a capa y espada el mal de la obesidad, no sin antes exponer a los participantes sobre una balanza que los puede condenar a una depresión de la que nadie se ocupará.
El rédito económico del sufrimiento en vivo debe ser enorme, al punto que he pensado seriamente en proponerle a la gente de Hair Recovery que televise en directo mi transplante capilar pelo por pelo. Le vendría muy bien a mi cuero cabelludo y, estoy seguro, también a mis bolsillos.
Nada debería sorprendernos porque, al fin de cuentas, la vida misma a veces nos invita a sonreir o a llorar para las cámaras. Y todos, de alguna manera, aceptamos el juego cambiando de careta según la ocasión, haciendo lo posible por no estar “nominado”, por no ser excluido, por no fracasar en vivo y en directo, a la vista del resto del mundo.
La idea es que sólo dos llegan al final, luego de una ardua competencia en la que gana el más cínico, el que pueda convencer al resto de su amistad para luego aprovecharse de su apoyo y aplastarlos para seguir adelante. ¿Acaso no es exactamente esto lo que sucede en la vida? ¿No será ésa la realidad que representan los reality shows? O, dicho al revés: ¿No será que la atmósfera es el techo de un gigantesco pabellón vigilado por miles de cámaras, como el que cobijó al personaje encarnado por Jim Carrey en The Truman Show (muy recomendable película)?
Amantes de la filosofía barata, los invito al confesionario.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece que por estos tiempos hacer televissión significa meterse en la vida privada de las personas, que ya no es tan privada.
Los objetivos que supuestamente son los de los programas se tornan secundarios y las peleas pasan a ser primicias. Así en éste programa, "Cuestión de Peso" pueden pasarce todo un bloque hablando de las peleas entre participantes.
Tinelli en su Show le seca las lagrimas a los famosos con sus gaaaves problemas, mientras que el sueño de pobre "soñador", se convierte en pesadilla.
Para mi no es el problema que nos estén observando, sino que cuando llega el tiempo de escanzar, dejar los problemas de lado, encendemos la tele y solo encontramos ¡problemas!

Anónimo dijo...

comparto ampliamente el concepto generalizo sobre la cuestion reality sobre todo el Morbo y los distintos tipos de manipulaciones q quedan muy a la vista...de todos...y la invitacion al confesionario...muy buena sugerencia.
mery pel

Anónimo dijo...

Amigossamigas, esto de los talk show, el Gran Hermano y otros productos televisivos, no es sorprendente, y uno baja por un rato del mundo en el que vivimos, y lo mira como si estuviera mirando el discovery channel.
La televisión, ese medio de comunicación tan potente y dinámico, nos ofrece lo que le pedimos, ni más ni menos. O, aunque nadie haya juntado firmas para que se televise un programa como gran hermano, al menos parece que la gente lo aceptó, y no sólo en Argentina, sino en el mundo todo. Pero más allá de todo lo discutible a cerca de lo que significa mirar o no programas como el gran hermano, mirar o no televisión, y todos los o no posibles, la pregunta de Gilet apunta a ver si somos capaces de ponernos en cámara a desnudar intimidades.
Amigo Gilet, me permito decirle que lo que se ve por el gran hermano no es la vida misma ni nada que se le parezca, y que el programa sigue siendo una novela, con otro formato. Nada de eso es la vida misma, y no me refiero a si los participantes tienen o no un libreto para respetar. Creo que desde el momento en el que alguien participa en una actividad como ésta, lleva consigo un personaje, y que, si además se trata de ganar dinero, el personaje se amolda a lo que sea, pero es personaje, capas descartables.
Por eso, para personajes, prefiero subirme a las tablas de un escenario y recordar la letra que me toca representar.
Fuerte el aplauso
pbt

Pablex dijo...

Hay PBT, PBT... Esa maldita obsesión por mejorar tu figura te llevó a desvariar hasta la locura... Sé que sos un idealista y te admiro, pero andar en sunga por la vida te convierte en personaje, salvo que estés en Copacabana. Lamento decírtelo. No copemos el blog por favor...

Anónimo dijo...

:) -ud. sabe xq-.
muy buena la reflexión, pero creo q ya basta con dos pensadores para q además me sume yo con mis teorías confusas!!!
mis respetos y saludos, hasta la próxima.

Anónimo dijo...

Me parece que esta discusión no está llegando a buen puerto, y si no llega a buen puerto es porque gento como Giovanna R., no le pone el pecho a las balas. Giovanna R., una filósofa contempóranea, capaz de combinar cambio de pañales con las reflexiones más profundas y jugadas, no se atreve a postear un comentario en el blog, ni imaginemos si uno le propone participar en un reality. Giovanna, estás nominada.
Gileta, yo colaboro con seis pelos para tu operación.
pbt

Anónimo dijo...

evidentemente pbt sabe muy bien q es difícil para mí rehusar a hablar sobre algo... jajajá! en fin, creo q es cierto, q las personas, en mayor o menor medida, más concientes de ello o menos, tenemos un personaje q representamos ante los q alomejor menos nos conocen. en el trabajo, en el estudio, en ámbitos "socialmente correctos" somos como una representación de nosotros mismos. creo q a veces es poco claro otro tema q se desprende a mi entender de éste, y es si la pasamos mejor o peor cuando somos un personaje más diferente o más cercano a lo q somos en realidad. confuso, no?

Anónimo dijo...

Fito lo ha escrito muy bien en su canción (Actuar para vivir), digo, este dilema milenario que persigue las respuestas más complejas: ¿quién soy, adonde voy, para que soy, para que voy? o como publica gilet en su titular ¿qué lo que?
Desde mi lugar chiquito y gigante de hacedor de canciones, puedo compartir con ustedes esta canción, que llega a mí para convertirse en una especie de machete (de los que se usan para desmontar selvas tupidas de dudas, o para ayudita en un examen.)
Su nombre: recuerdame

Recuérdame

Recuérdame que tras la puerta hay muchas almas
Recuérdame que muchas hoy mueren de frío
Recuérdame que debo yo darles abrigo

Recuérdame que este camino que he elegido
Será tan trovadicto como yo
Como mi canto mi silencio
Recuérdame tener a mano una guitarra y una voz
Para alzar a los vientos mi canción
Mi canción

Recuérdame con tus caricias
Que aun existe en esta tierra
Tanta ternura que resiste
De pie
Recuérdame que la luz que en tus ojos hay se apagará
Y así podré perderme en ellas cada vez y una vez mas

Recuérdame de aquel inmenso muro que calló
Y de que un niño pudo mas que un cañón
Recuérdame que no es en vano esta canción
Recuérdame mi corazón

Recuérdame que no nos queda mucho tiempo que perder
Que en un segundo dejaremos de existir
Y es mucho más inteligente que juntar
Haberlo dado todo

Recuérdame, cada mañana, por favor recuérdame
Que es por amor que nos movemos y que el amor
Va de la mano del dolor
Recuérdame, recuérdame
Mi corazón.


Recuérdame
En esta corta vida que llevo puesta he aprendido algunas pocas cosas. Ninguna de estas cosas resulta ser un gran descubrimiento, por el contrario todas estas son tan obvias que a veces resulta vergonzoso reconocer que suelo olvidarlas.
Esta a la vista la pobreza, la muerte, la indómita ternura que pese a todo resiste de pie.
Mi corazón insiste en guiar mis pasos y yo aun confío en él mas que en nadie.

Anónimo dijo...

por si tiene un ratito para ver y escuchar
Recuérdame

http://www.youtube.com/watch?v=IF3z8sdh76k

Anónimo dijo...

Vamos por partes:
1. prefiero ver a John Hurt en la película 1984 enfrentando al "verdadero" Gran Hermano antes que ver a 18 balbuceantes con pocas ideas que pelean entre sí por quien sale primero o último.
2. con respecto a si representamos un papel, puede que sea cierto. Un sociólogo (no recuerdo cuál) decía que todos tenemos máscaras, y nos valemos de ellas para interactuar en la vida real. En una apreciación muuuy simple y barata, se puede determinar que en ocasiones ganan quienes mantienen más tiempo sus máscaras,(al punto a veces de ser hipócritas)que quienes son frontales y sinceros (o dejan sus máscaras de lado). Ahora, si no jugás con esas reglas, quedás afuera.
3. no entraría en un reality como el de gran hermano, con mi forma de ser creo que no duraría. Además, no puedo participar en algo que estoy criticando y que no me interesa. A los 100 mil pesos (ese era el premio?) los puedo ganar de otra manera.
4. y bueno, sí estoy de acuerdo con el "Giletta Hair Recovery Reality". Creo que ahí sí seguiría paso a paso, perdón "pelo a pelo" las emocionantes transmisiones desde el comienzo hasta el fin.
Como saben, puedo cambiar de opinión, y si eso ocurre se los comunicaré.
Un saludo para todos.

Pablex dijo...

Desearía saber quíén es el anónimo que publicó el comentario anterior, ya que estoy buscando auspiciantes para mi reality hair recovery y, al parecer, es un cliente potencial.
Gracias.

Anónimo dijo...

Estimado Pablex: con respecto a los auspiciantes, sólo puedo ayudarte a conseguirlos. Por otro lado, lamento desilusionarte pero no comparto tu problema de calvicie incipiente. Y si no firmé antes fue sólo porque me olvidé.
Un saludo con mucho shampoo, augurando mucho éxito con tu reality. Patricia Khairallah.-